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Después de dos años de dar clases por Zoom, y particulares a grupos pequeños, decidí compartir yoga en un nuevo espacio.

 

Opté por tomar un espacio público los sábados para ir a movernos en conjunto: todas y todos. Pisar el pasto y practicar yoga en grupo ha sido una gratísima experiencia.

 

 

Apenas van dos clases y mañana, sábado 26 de marzo, será la tercera. Seguiremos en el mismo lugar y hora los sábados de abril.

 

 

Cuando empezó la pandemia tomé la decisión de dar clases en línea, priorizando el Zoom sobre otras opciones como Instagram, Facebook o Youtube Live. En Zoom hay interacción, consideré que era lo más cercano a estar en vivo y en directo. Ya vamos para dos años de clases por Zoom 3 veces por semana.

 

Me parece muy valioso hacer el compromiso de practicar a una hora específica y prender la cámara para evitar las distintas tentaciones que uno tiene al estar en la comodidad de nuestra casa: contestar el whatsapp, agarrar la escoba para barrer el polvo que vemos de reojo al estar en perro boca abajo, correr por la acetona para despintarnos las uñas mal pintadas de los pies, etc.

 

Aunque el yoga puede catalogarse como una práctica muy personal, que tiene como objetivo “ir hacia adentro”, compartirla con más personas tiene un poder muy especial. En equipo se refuerza el compromiso y es posible sentir el soporte comunitario.

 

Las clases al aire libre tienen una encanto adicional. Cuando volteas hacia arriba, en lugar de ver el foco de tu casa o de un estudio de yoga, ves el cielo y los árboles.

 

 

Cuando intentas un equilibrio, al reto habitual le sumas la disparidad de la tierra y el pasto que te sostienen.

 

Estar al aire libre se asemeja más a la vida: el piso irregular sustituye lo parejito de los pisos hechizos de los espacios cerrados. ¡Ojalá los equilibrios a los que nos reta la vida siempre vinieran acompañados de un piso parejo!

 

Después de dos años de restricciones, uso de cubrebocas, y de muchas reuniones virtuales, regresar a lo presencial cuesta trabajo. Sobre todo en esta ciudad se agradece sustituir el trayecto de una hora por un par de clics para “llegar” a la cita.

 

Por esta razón valoro muchísimo la presencia de cuerpos tridimensionales en las clases al aire libre. Implica un esfuerzo adicional poner el cuerpo, más en sábado en la mañana. Yo pongo el corazón para que el viaje valga la pena y sea una experiencia grata para quienes se suman.

 

Hacer una clase multinivel colectiva, sin saber de antemano quién conformará el grupo, es un reto enorme, tal como la vida en sociedad. Nos reunimos personas de todas las edades, tamaños, profesiones, algunas con años de experiencia en yoga, otras con cero.

 

¿Cómo compartimos la energía honrando la diferencia?, ¿cómo lograr que alguien con más experiencia me inspire y no me haga sentir menos poderosa?, ¿cómo hacer que nadie se “aburra”?, esos son mis retos.

 

 

Para mí el yoga es una práctica que abre posibilidades de movimiento: del cuerpo, la mente y de nuestra actitud ante la vida. El yoga nos ayuda a vivir mejor. Más que lograr cosas extraordinarias con el cuerpo, se trata de cuidarnos para poder seguir haciendo lo que nos gusta en el día a día, para poder seguir compartiéndonos.

 

A través del movimiento, por más chiquito que sea, nos deshacemos de la sensación de estancamiento, aprisionamiento e impotencia.

 

 

Les dejo los datos de las clases, ojalá se unan.

Yoga al aire libre

Sábados de abril (incluidos semana santa y pascua) a las 10 am en el Circuito Gandhi
Frente a la entrada principal del Museo Tamayo

Clase de hatha yoga (pausada, no es un clase de yoga “veloz”) para personas de todos los niveles. Pongo mucho énfasis en construir las posturas poco a poco, buscando que haya reto sin importar tu nivel. Todas y todos son bienvenidos.

Estas clases, al menos por ahora, son de cooperación voluntaria, esperando que cada quien aporte lo que le sea posible y que el dinero no sea una razón para no acercarse a la práctica.

Indispensable llevar tapete y ropa cómoda
Deseable una toalla grande o cobija y bloques de yoga (solo si tienes, son MUY útiles sobre todo si estás empezando)

Si llegas y por alguna extraña razón no nos encuentras, mándame mensaje por Instagram o Facbebook para orientarte. Ojo, dejo de hacer caso al celular a las 10:05 am en punto.

¡Cualquier duda escríbanme!

 

Además de las clases presenciales seguiremos con las clases en línea (Zoom) para mujeres ¡en abril cumplimos dos años ininterrumpidos!

  • Lunes 8 pm hatha yoga multinivel
  • Miércoles 7:30 pm hatha yoga básico

Y, de pilón, doy clases particulares presenciales en la Ciudad de México. Pueden ser para una sola persona o para grupos. Escríbeme si quieres detalles.

Les mando apapachos, lindo fin de semana.

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