En el post anterior conté mi historia de amor con el yoga, muy romántica, contada desde el corazón. Aquí cuento la contraparte racional, porque una no existe sin la otra.
Por mucho que me estaba sintiendo genial practicando yoga, sentía la necesidad de entender por qué pasaba eso. Quería saberlo todo y con conocimiento científicamente comprobado (ahí les encargo).
Me encontré que la manera más sencilla de estudiar yoga era inscribiéndome a una certificación de maestros y eso abrió un nuevo mundo para mí. Aquí les contaré algo de lo que he aprendido de los beneficios del yoga.
Tres precisiones
Primera: desde mi perspectiva, el conocimiento teórico se queda corto, lo mejor es probar y experimentar en carne propia. Peeero, si eres escéptica y pragmática, tal vez conocer primero la teoría te anime a darle una oportunidad al yoga.
Segunda: no me gusta la frase “el yoga es para todos”, considero que el yoga es para las personas a quienes les de la gana practicarlo. No todo es para todos en esta vida.
Tercera: Entre más aprendo más me convenzo que hay otras actividades que pueden darnos beneficios similares, el yoga no es EL camino, pero sí el que más conozco, el que he probado y disfruto enormemente.
Beneficios del yoga
(1) Fortalece músculos, huesos y fomenta una adecuada circulación
Estos beneficios no solo son del yoga sino de todas las actividades en las que te muevas. ¿Has estado cerca de alguien con movilidad limitada por alguna fractura, lesión o enfermedad? es increíble lo rápido que se deteriora el cuerpo al dejarlo quieto.
Piensen en la película de Amigos (Intouchables), el protagonista no tenía movilidad del cuello hacia abajo y por lo mismo tenía que recibir diariamente masajes. En cierto sentido esos masajes nos los damos de forma natural con el movimiento. El trabajo de los músculos esqueléticos (los que nos mueven y dan soporte) fomenta que los huesos se fortalezcan y es vital para una adecuada circulación de la sangre y del líquido linfático.
Una virtud específica del yoga es que, con una práctica equilibrada, activas todos (o casi todos) tus músculos y puedes trabajar con los que normalmente están más “dormidos”.
(2) Trabaja con tu agilidad, equilibrio y coordinación
Estas tres habilidades hacen referencia a la propiocepción: nuestro sentido de la posición corporal y el movimiento. Esta es posible gracias a la comunicación de nuestro cerebro con los músculos y los tejidos blandos. A través de ella procesamos dónde está nuestro cuerpo y calculamos nuestras siguientes acciones y movimientos.
Aquí considero que el yoga se lleva 5 estrellas, una clase bien guiada es capaz de llevar tu atención hacia tu cuerpo, te saca de la zona de confort de patrones habituales de movimiento y te desafía al no saber qué es lo que tu cerebro debe “ordenar” para que ocurra tal o cual acción.
Por el contrario, hay actividades físicas que puedes hacer sin poner mucha atención a cómo te mueves. Por ejemplo, en una clase de spinning podrías estar pedaleando “a lo wey” (o al menos a mí me ha pasado). Sí, quemando un chingo de calorías, pero sin la necesidad de hacer movimientos conscientes. Otras actividades que trabajan con la propiocepción son la danza, pilates y el box, ¿se les ocurre otra?
(3) Te da herramientas para regular la respuesta al estrés
Vean qué cuidadosa soy al redactar esto, no estoy diciendo: “el yoga te quita el estrés y es el camino a la felicidad”. Considero que ese tipo de afirmaciones (que he visto) deberían de estar prohibidas por la PROFECO por ser publicidad engañosa.
El estrés es una respuesta adaptativa de nuestro cuerpo, nos permite sobrevivir y nos prepara para enfrentar una amenaza. Está hecho para aparecer y desaparecer una vez que la amenaza cesó. El problema viene cuando el estrés es crónico y, no solo no tenemos herramientas para manejarlo, sino que hasta lo hacemos más grande.
Algunas de las posibles consecuencias del estrés crónico son: aumento de glucosa en sangre, inhibición del sistema inmune, aumento de probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, inhibición de procesos digestivos, de crecimiento y reproductivos. Esas son sacadas de un libro, y yo le sumo una más: sentirte siempre de la chingada.
Una de las herramientas que se utiliza en yoga para ayudar a regular la respuesta al estrés es la respiración. Lo que hace única a la respiración es su doble condición: normalmente la realizamos de manera involuntaria sin necesidad de prestarle atención, pero podemos modificarla de manera voluntaria, retener el aire, hacerla más profunda, más rápida, etc. Al hacer esto “hackeamos” el sistema nervioso e influimos en la manera en la que la parte emocional y racional del cerebro se comunican.
Aquí dejo este tema porque da para mucho, puedo retomarlo más adelante en otro post.
(4) Te da una sensación de bienestar general
Esto se podría explicar de muchas maneras, elijo dos para hacerlo:
a) El estiramiento de los músculos está relacionado con la liberación de endorfinas, las sustancias anti dolor que producimos de forma natural. Nos dan esa sensación de bienestar.
b) A través del yoga desarrollamos la interocepción, que es la capacidad de identificar las sensaciones y necesidades de nuestro cuerpo: hambre, sed, calor, tensión en el estómago, ganas de ir al baño, dolor, etc. Identificarlas nos permite navegar la vida de una manera más certera, ¿cómo podríamos satisfacerlas si ni las notamos?
Para mí desenrollar el tapete para practicar yoga implica poder concentrarme en un actividad por completo, olvidándome de lo demás por un rato y liberándome de mi mente que, a veces, me cansa mucho.
Sabiendo esto ¿te animas a probarlo?
Cada uno de los temas de este post da para mucho, escríbanme en los comentarios si se les antoja profundizar en alguno de ellos o si tienen alguna pregunta.
Imagen destacada de Joyce McCown on Unsplash
Referencias, entre paréntesis está el número de beneficio al que hacen referencia:
(1) El sistema linfático, Breast Cancer Org, https://www.breastcancer.org/es/tratamiento/linfedema/como/sistema_linfatico
(1) Fortalecimiento muscular, Mayo Clinic, https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/fitness/in-depth/strength-training/art-20046670
(1) Salud ósea, Mayo Clinic, https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/bone-health/art-20045060
(2) Garret Neill, Your Brain on yoga, propioception, Shut up and yoga, https://shutupandyoga.com/your-brain-on-yoga-part-ii-proprioception/
(2, 3 y 4) Vilma Saldate, Manual Certificación Yoga Restaurativo y Terapéutico, Green Yoga (no publicado)
(3 y 4) Bessel Van Der Kolk, M.D., The body keeps the score, Brain, mind and body in the healing of trauma
(3) Fundamentos de psicobiología, Redolar Ripoll Diego (coord), et. al., Editorial UOC, 2010
(3) M. Victoria S. Nacal, Cambia la forma de respirar para aprender a manejar el estrés, El País, 22 octubre 2020, https://elpais.com/retina/2020/10/22/talento/1603379432_158803.html
(4) Ray Long, MD, The Key Poses of yoga. Your guide to functional Anatomy in Yoga, Bandha Yoga Publications
(4) Why does stretching feel so good, Science Focus, The home of BBC Science Focus Magazine, https://www.sciencefocus.com/the-human-body/why-does-stretching-feel-so-good/
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